Hay temas literarios que se convierten en mito y después en tabú no sólo por la reticencia social hacia ellos sino por el temor de algunos editores de que éstos vean la luz y permanezcan por meses, abandonados en la mesa más recóndita de la librería sea por pudor o exceso de moralina. Sin embargo, el asiduo lector siempre encuentra los mecanismos para asirse de “pequeñas maravillas”, dándose el tiempo para revisar, precisamente, esos estantes a los que no se presta atención. Uno de éstos géneros, es la mal llamada “literatura gay” la cual se tacha o de pornográfica o de trivial y que, de rumor en rumor va alcanzando, si bien le va, el término de Best-Seller (si mal le va a priori se habla de ella como algo “chafa”). Sin embargo, habría que separar la falsa moral del valor literario y, para muestra, un botón: Nosotras (Lumen, 2004) un volumen de relatos en el cual, 15 autoras inglesas (todas ellas homosexuales) hacen de su experiencia de vida un proyecto literario donde realidad y ficción se equilibran, entregándole al lector un universo sin atavismos donde la reflexión está inmersa en el humor: “El día que la desahuciaron hicimos una fiesta. Todos los vecinos corrían de un piso a otro con las manos en señal de victoria, riendo y con la música a todo trapo (la traducción es española). Alguien subió el volumen de la televisión y lo dejó así durante media hora, porque sí, porque le apetecía, porque por fin estábamos libres de ella y de su falta de ironía. Quizá ese fue su mal: la falta de ironía.”
A lo largo de quince
relatos podremos no sólo dar un paseo por las calles de Londres y la vida de
estas mujeres sino que podremos adentarnos en las pasiones humanas, los
procesos de negación de la realidad y la dificultad que tenemos como seres
humanos de expresar lo que sentimos por miedo al rechazo a través de historias
que van desde que una madre va de compras con su hija y le propone como
alternativa cambiar de sexo hasta una marcha en contra de la lucha interminable
entre palestinos y judíos donde, la narradora no deja de cuestionarse el por
qué de la globalización de la violencia, reflejada con ironía en varios cuentos
y abordada desde varias aristas sin abandonar el estilo particular que hace, de
esta antología una valiosa imagen del mundo que vivimos: “Yo no tengo tanta
sangre fría. Oleadas de miedo me suben por el cuello a medida que avanzamos en
medio del griterío, en al-Aqsa, después por detrás de al-Awda, y luego al lado de Unison. Una
vocecilla junto a mis pómulos, como un surtidor, me susurra amenzas. ‘Cúbrete
las espaldas, te odian’... En las transiciones no hay lugar para el miedo.
Nohay vuelta hacia atrás, sólo la calle ante ti.”
Habría que
destacar, para finalizar, que cada una de las autoras (la más joven apenas con
20 años de edad) han trabajado en teatro, en cabaret, han hecho guiones para
cine y televisión y son colaboradoras de la revista Diva, la más
conocida entre las publicaciones inglesas dedicadas a la homosexualidad
femenina.
AA.VV. Nosotras. Lumen, 2004.
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